Sunday, July 24, 2016

Los sábados y domingos es dia de mercado.



Una de las cosas que más echaba de menos de este país son los mercados de fin de semana. Cada sábado o domingo, dependiendo del barrio, se sitúan en medio de un aparcamiento al aire libre y desde las 6 am hasta bien entrada la tarde puedes ir a disfrutar de ellos. Hay comida de todo tipo, es curioso cómo la gente va, pide, se la come allí o simplemente se la lleva para comer en casa. Comida que a simple vista te tira hacia atrás porque su aspecto no es nada agradable o sencillamente te viene esta pregunta "¿estará bien conversado este pescado sin ninguna pizca de nevera a unas temperaturas tan altas como las que tenemos en este país y rodeado de moscas?" Pero la gente, animada, compra... Así que ¿porque no?. Supongo que nuestro estomago aún no está preparado para ello... Por eso, aun oliendo de maravilla, nos vamos al sector carne, un lechón carnoso o unas brochetas de pollo con su salsa te invitan más aprobarlos. Pero lo que realmente está bueno son los zumos de coco o de mango o de cualquier fruta tropical que en España, tenemos, pero no saben ni la mitad de bien.


Por otro lado encontramos todo lo típico de aquí, objetos tallados de madera, cosas peculiares creadas mediante objetos reciclados, ropa hecha a mano etc... Es realmente un espectáculo, no requiere mucho tiempo, como máximo 30 minutos de paseo entre todo ese tumulto de gente, pero esos 30 minutos hacen que te impregnes de la cultura filipina al máximo.







Monday, July 18, 2016

Una vez más, Filipinas


El otro día le comente a una amiga que va bien volver a los sitios para seguir valoran todo aquello que tienes en tu vida y es que… aun habiendo estado tres años viviendo aquí en Filipinas ayer fueron todo primeras impresiones.  

¿Quién dice que en Barcelona hay humedad? ¡Es que no ha estado en Manila!, solo salir a la calle cuesta respirar, hasta que te adaptas tu cuerpo te pide agua, ducha, beber, refrescarte, aire, ventilador. ¿Calor? Aun no entiendo como aguante un año con uniforme, ver a todas ellas con sus medias tupidas cuando tú, lo único que deseas, es ir quitándote piezas de ropa innecesarias. ¿Ruido? ¿Coches? ¿Personas? Nos quejamos de la multitud de turistas que hay por Barcelona pero… es que aquí no hay turistas hay filipinos por todas partes, casi no puedes ni andar sin tropezarte con alguien. Ahora me viene a la cabeza la emisora de radio que he escuchado durante todas mis mañanas en este último curso diciendo “en el Papiol retenciones de 5km para entrar en Barcelona” y ahora pienso “que suerte tiene esa gente” porque aquí, en la ciudad, los coches casi no se mueven.

 Manila, ahora entiendo a mi tía cuando llegamos hace cuatro año y me decía “yo no piso Manila si no es realmente necesario”,no lo entendí en ese momento porque yo, estaba inmersa en este caos, pero una vez sales y vuelves a entrar ya lo comprendes. Manila no es Filipinas.

Aun así siempre tienes aquellos rincones de la ciudad como Ayala Triangle que son un pequeño pulmón entre todos esos rascacielos. Te sientas. Miras esos árboles centenarios y te paras a observar, todo el mundo ríe, es feliz, aun sabiendo cómo es la vida en esta cultura (muy dura), nadie para, todo el mundo sigue adelante y disfrutan. No digo que sea ni mejor ni peor, si no diferente. Pero os puedo asegurar que saben cómo vivir la vida felizmente.