Un año superado
Hace un año, entremedio de la preparación de mi boda, del
embarazo de María y otras situaciones familiares desconocidas decidiste
llamarnos la atención a todos y lo hiciste con creces. El cáncer te llegó de
sopetón y por consecuencia una operación que no pudo esperar. Aún nadie se lo
explica pero la superaste con matrícula de honor. No vamos a negar que la
enfermedad ha dejado huella y sigue recordándonos que puede volver, estas más
delgado que una pasa, has perdido el apetito, te cansas más rápido y duermes
cuantas veces puedas mejor, has dejado de hablar para observar… Pero, también es
cierto, que nos ha dado un padre especialmente diferente, gracias a ella, nuestro
jardín de casa se ha convertido en un huerto, donde has consiguiendo plantar
todo tipo de frutas para tus nietos, un año más has podido disfrutar de una jornada
de pesca con tus grandes amigos, aquellos que sufrieron por ti pero que se
alegran viendo que has vuelto a la pandilla, vuelves a estar ilusionado por
subir a la Cerdaña y nunca has perdido la oportunidad de ir a buscar a tu nieto
Albert al colegio, tu alma gemela.
Y es que, la vida, ya nos da las cosas malas sin
preguntarnos, somos nosotros quienes hemos de buscar su lado bueno. Y tú, papa,
lo haces cada día con mama, y somos nosotros quienes hemos de aprender a ver la
suerte que tenemos de poder decir que aún estáis a nuestro lado. ¡Feliz primer año! Y que dure lo que dure este
año ya no nos lo saca nadie.
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