El Nido. Si miráis en un mapa Palawan, El Nido es un
conjunto de islas a una hora de Manila en avión. Se dice que es una de las
maravillas del mundo y como diría mi padre es donde “Dios creo el mundo”.
Es un sitio obligatorio, sobre todo para los que venimos de otro continente,
pasar unos días de ensueño ahí. Rodeados de agua y naturaleza salvaje. Podríamos
decir que Guille y yo hemos tenido la gran suerte y puede ser de las únicas
personas que ha disfrutado de este sitio de una manera única gracias a Dudo.
Pudimos pasar 4 días de total relax en su casa. Dicho así podría ser una casa
cualquiera pero no… no es así. En su rincón privado de una isla alejada de
cualquier turista se esconden dos cabañas construidas de la nada. Los monos
salvajes saltan entre palmera y palmera, las luciérnagas iluminan el oscuro
cielo de la noche y los cangrejos corretean por la playa felizmente. Y, es que
es así, hemos podido comer diferentes peces pescados en ese mismo momento como también
beber agua de coco justo caído de la palmera.
Podríamos decir que el tiempo no
nos acompañó, llovió todos los días pero ¿y qué? Queríamos salir de Manila, queríamos
dormir y no hacer nada, queríamos leer un libro, queríamos comer cosas
diferentes, queríamos recargar las pilas y todo lo que quisimos se cumplió.
Empezamos el 2015 sin luz, sin móviles, sin ordenadores, sin uvas, sin un gran
manjar pero la verdad es que no lo echamos de menos porque ¿Quién puede decir
que ha pasado noche buena en uno de los sitios mejores del mundo? ¡Poca gente! ¡Volvería
a repetirlo sin dudarlo! Gracias Dudo por cuidarnos tan bien.