Hace un año exactamente estábamos haciendo las maletas para
volar a España y celebrar, junto a nuestras familias, las Navidades. Este año
no va a poder ser. ¿Tristes? ¿Añorados? Un poco, sí, lógico, ¿a quien no le
gusta una gran comilona en casa de tú madre o de tu futura suegra? ¿O ver las
luces de navidades envueltos de un gran abrigo rojo, un gorro y una bufanda a
conjunto? ¡Cómo se echa de menos el frío en esta época del año! Pero hay que
adaptarse a las situaciones y así lo hemos hecho. Con ganas de celebrar las
Navidades con gente que, al igual que nuestras familias, nos quieren. No vamos a
estar solos, vamos a estar rodeados de personas que tienen ganas de pasar un
buen día. Nuestro árbol está listo. Vivir nuestras últimas Navidades de novios
nos hace especial ilusión. Y es que, este 2015, va a estar lleno de cosas buenas.
Una de las tradiciones que he querido trasmitir a mis
alumnos es el de hacer postales Navideñas. Hoy en día poca gente envía pero es
algo bonito. Mis alumnos han disfrutado haciéndolas aunque lo más difícil para ellos ha sido
escribir el texto de dentro dando gracias a sus padres por algo y deseándoles algo
bueno este año. Y todos me preguntaban “¿Por qué?” Y yo les respondía “¿Y
porque no? ¡Son vuestros padres!”. Y es que hoy en día nos olvidamos de dar las
gracias pero sobretodo nos olvidamos a desear buenas cosas a la gente que
queremos por eso a todas las personas que quiero “Gracias por estar a mi lado cada día y os deseo que este
2015 tengáis SOLO momento buenos para vivir”.