Monday, June 30, 2014

Cambio

Desde pequeña he oído decir que los “cambios” son buenos, positivos, hacen que conozcas, hacen que crezcas y madures, hacen que te abras a nuevos momentos y vivencias, aprendes a adaptarte a las nuevas circunstancias primero con pasitos pequeños, tímidos e inseguros y luego ya vas cogiendo confianza. Cambios, a lo largo de nuestra vida pasamos muchos de ellos, y en algunos pensamos que no los superaremos y otras veces pensamos que ha sido el mejor cambio que has hecho en tu vida, ¿de tu vida? ¡Aún quedan muchos por llegar! Yo era de esas personas que en mi vida amaba la rutina, pensaba que empezaría a dar clases en un colegio y que ahí me jubilaría ya que admiraba a esas profesoras que habían estado 40 años en un mismo colegio. Amaba el tener todo atado y que nada tuviera que sorprenderme pero… desde que estoy aquí, eso, no existe. Y la verdad es que no es malo. Cada día es diferente, me levanto preguntándome ¿Qué clase se me anulará hoy? ¿Qué madre me escribirá pidiéndome un cambio de hora? ¿Qué taxi va hacer darme una vuelta diferente? ¿Qué productos voy a encontrar diferentes en el súper? Exactamente la pregunta sería ¿Qué me pasará hoy? Realmente no sé si el cambio es bueno o malo pero lo que sí que se es que te hace vivir la vida diferente, no te aburres.


Cambio… nos hemos mudado, nueva casa, nueva ciudad, nuevo de TODO. Es como si el año y medio que lleváramos aquí haya servido de poco porque volvemos aprender a ¿Cómo cojo el bus? ¿Cuánto vale? ¿Dónde hay una laundry? ¿Cómo puedo llegar al súper? Pero gracias a eso, aunque sea cansado, hace que el tiempo te pase rápido e entretenido. Vivíamos en un piso muy chulo pero ahora vivimos en un piso acogedor, la cocina incita a cocinar con calma sin prisa, el sofá incita a hacer la siesta, la habitación relaja y el lavabo ¡cuánta presión sale de la ducha! A la vez que fue rápido la búsqueda del piso (2 semanas y viendo pisos horroroso) costo que pudiéramos firma, pero… ¡ya está! Guille me preguntaba el ¿Por qué cambiarnos ahora antes de irnos a España por vacaciones? Y es por el simple hecho que sé que cuando vuelva, volveré con ilusión a nuestro nuevo hogar.

Fotos del nuevo piso en Bonifacio, Taguig City:






Tuesday, June 17, 2014

Primera experiencia con el Yoga.

Yoga… ¿Cómo podría definir el Yoga? Todo el mundo sabe o cree que es el Yoga pero pocos lo sabrán definir como es correcto… Hay de muchos tipos y de muchas maneras uno lo puede realizar. Cuando pienso en Yoga pienso en un gimnasio o en una sala donde la gente se estira en sus colchonetas y entre ejercicio y ejercicio se relajan y aprenden a realizar diferentes movimientos con su cuerpo que no habrían hecho jugando a tenis, fútbol o aerobic.

Pero mi imagen del Yoga ha cambiado. El jueves pasado, gracias a una nueva persona que conocí por mis clases particulares, me invito a su clase de Yoga. Una experiencia, que mirando hacia tras, pienso que solo la podré vivir aquí.  Una mujer amablemente abrió las puertas de su casa a 8 extraños para realizar esa clase. La casa ya incitaba a la relajación, grande, espaciosa, con una fuente dentro del salón y un jardín que solo se veía vegetación y más vegetación. Siete personas a las que no conocía me miraban con cara de tranquilidad y paz mientras la profesora me recibía con una sonrisa. Fue un Yoga más bien espiritual, no sudamos, simplemente escuchamos la música y nos centramos en el “uno mismo”. Nunca he sido dada a escuchar… supongo que es un gran defecto que tengo… nunca fui dada a escuchar en la escuela cuando nos encerraban en el oratorio y el sacerdote con voz profunda nos hablaba de Dios... Así que un poco me paso lo mismo aquí… ¿Qué me focalice en el tercer ojo? ¿ y eso como se hace? ¿Qué mi energía la saque de mi torso? ¿Qué tengo un arco de oro y no un arcoíris? ¡Pero si a mí me gustan los arcoíris! No entendí ni una gota de lo que me estaba diciendo la profesora pero por un momento me di cuenta que era la primera vez que hacía algo, desde que estoy aquí, que era para mí, porque quería y mi apetecía.

Tuve una hora y media para mí, para mis orejas, que pudieron escuchar el silencio, la música pacífica y el agua de la fuente y no el tráfico y las bocinas de Manila que sin querer va quedándose en tu cerebro y ya lo ves como normal. Para mi espalda, que tuvo que esforzarse para sentarse recta y no curvada durante un tiempo. Pero sobre todo para mi cabeza, que no es que no dejara de pensar en mis cosas observando la casa y pensando ¿en dónde me he metido? Sino que conseguí relajarme y los bostezos fueron salieron poco a poco hasta que ya no pude parar de bostezar!!

Después de la clase se me presentaron todos muy amigables y la verdad es que la atmósfera que se respiraba era de tranquilidad, serenidad y como si el tiempo hubiera parado en ese momento.

¿Lo volvería a repetir? No lo sé... ¿y porque no?, ¿no?, conclusión: me di cuenta que hace mucho tiempo que no estaba quieta en un sitio durante una hora y media sin hacer nada más que pensar en mí. Y eso lo volvería a repetir seguro.