Después de 11 meses hay cosas que me siguen sorprendiendo de este país y espero que siga pasándome ya que hace que aprenda y que sea consciente de lo diferente que somos unos a los otros, para bien y para mal, dándome cuenta que cada lugar es un mundo... Este fin de semana tuve la entrega de notas del primer cuatrimestre. Era la primera vez que me encontraba cara a cara con los padres ¿como sería? ¿que pasaría? ¿tendría alguna queja? ¿les importaría que fuera extranjera?. Después de hablar con varios de ellos me di cuenta que aquí, en Filipinas, la figura del profesor aún es una figura respetada por todo el mundo. Los padres vienen a escuchar y “a aprender” cosas sobre sus hijos, no vienen a exigir ni a pedir explicaciones. Vienen con actitud de recibir y comunicar no con actitud desafiadora y negativa. ¡Que diferencia! Me hicieron sentir que mi profesión era algo más, me hicieron sentir que valoraban todo aquello que hacia por sus hijos. Y después de decirle como era su hijo y que expectativas tenía de el, ellos simplemente nos felicitaban por el buen trabajo hecho... ¡que extraño se me hacia que todo fueran felicitaciones! Ojalá que esto pasara en todos los países...
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